André Brugiroux, el hombre que dedicó su vida a viajar

André Brugiroux, el hombre que dedicó su vida a viajar

1955. En una época en la que el viaje es diferente, más difícil, André Brugiroux recorre el mundo y atraviesa todos los países del mundo en un periplo que duró cincuenta años.

Hoy en día, viajar es una actividad más, un hobby normal y corriente. Escasas son las personas que nunca han tomado un avión o nunca han abandonado su país. En el pasado, viajar no era tan sencillo. André Brugiroux lo convirtió en el sueño de su vida abandonado Francia en 1955 con tan sólo 17 años para iniciar así lo que más tarde denominaría “una vida sabática”.

Durante 18 años, André no regresó ni una sola vez a su casa, recorrió el mundo sin un duro, con tan ´solo 10 francos en su bolsillo cuando inició este periplo. Durante todos estos años, André aprende distintos idiomas del mundo, descubre civilizaciones. Recorre 400.000 km haciendo autostop, con un dólar al día para vivir, ni más ni menos. Durmiendo a veces fuera, a veces en habitaciones ofrecidas amablemente durante sus encuentros, André no pasó ni una sola noche en un hotel. Finalmente, regresó a Francia pero siguió haciendo idas y vueltas entre Francia y el resto de países que le faltaban por visitar.

André Brugiroux a voyagé dans tous les pays du monde pendant cinquante ans Voyage Way

Durante 50 años, André Brugiroux descubre nuevos lugares para lograr cumplir su sueño de la infancia, ver todos los países del mundo. Un sueño que no fue fácil y que tuvo sus dificultades puesto que terminó siete veces en la cárcel, rozó varias veces la muerte, lo tomaron por un espía o fue incluso acusado de secuestrar aviones durante sus viajes a dedo.

André Brugiroux a parfois rencontré des difficultés durant ses voyages Vice

Más allá del afán por descubrir, André buscó sobre todo conocer y descubrir a los hombres y la humanidad, a la búsqueda de una respuesta sobre una paz posible, la cual asegura que no es una utopía irrealizable. Después de 50 años de viaje, aquél que inició la moda de los globettroters ha contado su vida aventurera en un libro. Tan sólo le queda una sola tierra por descubrir antes de considerar su vida como cumplida: las Chagos, unas islas del pacífico casi inaccesibles.